sábado, 25 de diciembre de 2010

Algunas disertaciones sobre el tiempo

La creencia Celta de que las almas de aquellos a los que hemos perdido están cautivas en un ser inferior – en un animal, un vegetal, una cosa inanimada-, perdidas, en efecto, para nosotros hasta el día –que para muchos nunca llega- en que pasamos por casualidad cerca del árbol y nos adueñamos del objeto que es su prisión, me parece muy razonable. Entonces se estremecen, nos llaman y, en cuanto las hemos reconocido, se deshace el hechizo. Una vez que las hemos liberado, han vencido a la muerte y vuelven a vivir con nosotros.
Lo mismo ocurre con nuestro pasado. Intentar evocarlo resulta empeño perdido, todos los intentos de nuestra inteligencia son inútiles. Esta oculto, fuera de su dominio y de su alcance, en algún objeto material –en la sensación que este nos daría- que no sospechamos. Del azar depende o no que encontremos ese objeto antes de morir.

“En busca del tiempo perdido: Por la parte de Swann”
Marcel Proust
1913


A modo de Introducción

Este blog nace con la imperiosa necesidad de poner en palabras los pensamientos que azotan la mente de su ya extenuado escritor. Por lo tanto lo que aquí se lea solo serán desvaríos y alucinaciones de un alma trasnochada y en pena que deambula sobre el teclado de su notbook.
Hecha esta aclaración a cualquier desprevenido lector circunstancial, solo le propongo que lea las humildes palabras que siguen a continuación, a veces locas divagaciones del autor, otras bellos extractos de obras interesantes, en definitiva un cúmulo de párrafos atractivos a los ojos de quien escribe estas líneas. Espero también, sean de su agrado.

Atentamente Raskolnikov